El cuarto período de la historia de la prensa de mujeres abarca las décadas de 1940 y 1950. Se denomina “La institucionalización y su dilución” porque con los cambios en el sistema de comunicación, la prensa de mujeres se transformó en un instrumento de comunicación interno de las organizaciones y terminó por diluirse. Este periodo estuvo marcado por la fragilidad del orden mundial de entreguerras, la crisis de la Segunda Guerra Mundial y el inicio de las tensiones producidas por la Guerra Fría. En el ámbito nacional, la década del 40 se inició con gobiernos radicales. Se estableció un discurso desarrollista que planteó un nuevo modelo económico de industrialización por sustitución de importaciones. En él, el estado asumía un rol preponderante en la economía, e incluía una política de “unidad nacional”. En términos del sistema de comunicación, se invirtió en la infraestructura para el desarrollo de medios radiales, cambiando rotundamente las formas en que la gente accedía a la información y la entretención. A la vez la prensa fue concentrada por las grandes industrias editoriales. Esto significó que la producción de periódicos y revistas de factura autónoma o fuera del circuito comercial perdieron peso, impacto y circulación. Las organizaciones políticas y sociales tuvieron que acomodarse a los nuevos medios de comunicación para difundir sus ideas, a pesar de eso, siguieron publicando medios, pero con un alcance limitado.
Las mujeres organizadas de las diversas posiciones políticas presentes en el país en la década del 40 se articularon en el movimiento por el reconocimiento al derecho a voto. Primero lograron conquistar el sufragio en elecciones municipales (1935), y luego de mucha lucha, se les fue reconocido el derecho a sufragio universal. A fines de los años 40 ya fueron elegidas las primeras mujeres en cargos de elección popular. Y en el inicio de los 50 se vio a las primeras mujeres ocupando escaños en el parlamento. Sin embargo, la primera de ella María de la Cruz, fue acusada de malversación de fondos y destituida. Se ha investigado poco sobre ello, sin embargo no extrañaría que por las normas de género imperantes, la sanción por esta acusación haya sido más fuerte por el hecho de ser mujer y la primera senadora.
La prensa de mujeres continuó su vocación política, aunque surgieron algunas publicaciones de otro tipo en el período. Conforme se transformó el sistema de comunicaciones, decreció el numero de publicaciones, específicamente las de tipo periódico político, las que cambiaron en su formato para pasar a ser boletines de comunicación interna de las instituciones. Otros tipos de periódicos o revistas hechas por mujeres, como revistas culturales, fueron excepcionales. Sin embargo, la acción de mujeres en la prensa general, como editoras, se consolidó como un espacio de ejercicio profesional para mujeres. De tal forma vemos a escritoras de trayectoria conocida a la cabeza de las revistas comerciales más importantes.
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- Trinchera /1940 (Índice disponible)
- Diplomacia y Gran Mundo/1943-1945
- Boletín FECHIF /1944-1947 (Índice disponible)
- Gran Mundo Americano/1944-1946
- Boletín /1946
- Alejandra /1946-1949 (Índice disponible)
- La Voz de la Mujer /1947 (Índice disponible)
- Orientación /1948-1949 (Índice disponible)
- Eufrosina/1949-1951
- Unión Femenina /1950-1951 (Índice disponible)
- La Mujer en marcha /1953
- Esto es Chile /1944-1946
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- El Peneca (Editorial Zig-Zag)/ 1908-1960
- Ecran (Editorial Zig Zag)/1930- 1969
- Margarita (Editorial Zig-Zag)/ 1934-1953
- El Cabrito (Editorial Zig-Zag)/ 1941-1948
- Eva (Editorial Zig-Zag)/ 1942-1974
- Simbad (Editorial Zig-Zag)/ 1949-1956